La caléndula es una planta con flor propia del Mediterráneo, que se cultiva desde hace siglos por su valor medicinal y ornamental. Tanto los egipcios, como los romanos, como los griegos, ya la utilizaban en sus rituales de belleza, refiriéndose a ella como “la flor del sol”, por su color brillante y soleado, y creyéndola capaz de elevar el ánimo y de alejar el mal, promoviendo así la curación. Incluso en la Primera y la Segunda Guerra Mundial los soldados usaban hojas de caléndula a modo de cataplasma bajo las vendas de las heridas para detener el sangrado y promover la curación, tal como se expone en este documento de la Abraham Lincoln Presidential Library & Museum.

Los beneficios del aceite de caléndula se deben a su composición química única, con carotenoides, flavonoides, mucílagos y triterpenoides, además de aceites esenciales y otros fitoquímicos que contribuyen a sus efectos terapéuticos. La concentración más alta de estos componentes se encuentra en los pétalos de la flor.

Estas propiedades se potencian mediante un proceso de preparación de varios pasos que va desde la cosecha hasta la extracción de sus compuestos activos. En general suelen ser los que explicamos a continuación.

Proceso de preparación de la caléndula para uso cosmético

Cosecha

La caléndula se encuentra de forma generalizada en muchos jardines, pero para aprovechar sus beneficios en cosmética debe plantarse y cosecharse siguiendo unos tiempos. Es cuando sus flores están completamente abiertas que los componentes como los flavonoides, triterpenoides y carotenoides se encuentran en una mayor concentración. En producciones a gran escala esta cosecha puede hacerse a máquina, pero en muchos casos aún se hace a mano para no dañar sus delicados pétalos.

Secado

Para conservar sus componentes las flores deben secarse. Así también se previene el enmohecido y el marchitamiento y son más fáciles de almacenar y de procesar. Este secado puede hacerse al aire, de forma natural, para preservar la integridad de las flores, o en máquinas especializadas que agilizan el proceso, usando tecnologías de vacío para no tener que usar altas temperaturas que dañarían el producto.

Extracción de los compuestos activos

Tras el secado, las flores ya están preparadas para que se les puedan extraer sus componentes. Esta extracción suele ser mediante infusión o extracción por solvente, aunque existen otros métodos que usan, por ejemplo, alcohol, para aprovechar sus beneficios antisépticos y antiinflamatorios.

La infusión puede hacerse directamente en aceites portadores como aceite de girasol, de oliva o de jojoba, que luego pueden a su vez formar parte de la formulación del cosmético como ingrediente en sí mismo. Con este método los pétalos se mantienen en remojo durante un tiempo o se hace en máquinas que lo hacen al vacío, para no tener que aplicar altas temperaturas para que los componentes se filtren al aceite y para agilizar el proceso. En formulaciones a base de agua, puede hacerse la infusión en agua en vez de aceite.

La extracción con CO2 es una técnica moderna que usa dióxido de carbono a alta presión y baja temperatura para “prensar” los pétalos y extraer los compuestos activos de la caléndula. De esta forma no es necesario usar solventes que pueden resultar agresivos, dando lugar a un extracto puro de forma muy eficiente.

Concentración de extractos

A menudo se filtran los extractos obtenidos para eliminar impurezas y concentrarlos para aumentar su potencia y su eficacia. También pueden refinarse después para dar con una concentración estandarizada de sus componentes como los flavonoides o los triterpenoides.

Formulación del producto

Una vez obtenidos los extractos, se mezclan con otros ingredientes como humectantes, emulsionantes (para que la mezcla sea homogénea y no se separe en reposo), conservantes, etc., para elaborar cremas y lociones, y con ceras como la de abeja (o si se usan sólo ingredientes veganos como hacemos en Famiskin, la de jojoba o de girasol) para bálsamos, o para jabones, entre otros.

¿Por qué la caléndula es tan habitual en cosmética?

Ya hemos avanzado algunas de las propiedades y beneficios del aceite de caléndula que se usa en productos como los que tenemos en Famiskin, pero nos hemos centrado en sus propiedades curativas. Recopilamos algunas más.

  • Cicatrización de heridas: la caléndula promueve la curación de heridas, pequeños cortes y quemaduras en la piel, al favorecer la producción de colágeno, que es la proteína que se encarga de la reparación de la piel.
  • Antienvejecimiento: la producción de colágeno también es fundamental para mantener la piel joven, ya que esta proteína da estructura y elasticidad a la piel (que es lo que ayuda a la cicatrización que hemos comentado), y esto ayuda a que las arrugas y otros signos de envejecimiento sean menos visibles.
  • Antinflamatorio: sus componentes ayudan a reducir la inflamación y por lo tanto calman las pieles propensas a la dermatitis y el eczema, así como la dermatitis del pañal en bebés.
  • Antimicrobiano: la caléndula ayuda a inhibir la proliferación de bacterias y hongos, por lo que es ideal para tratar piel con acné y otras afecciones.
  • Antioxidante: la oxidación de la piel la causan los radicales libres, que dañan el colágeno y la elastina, y esto lleva al envejecimiento de la piel, y la caléndula la previene, como parte de su acción antiedad.
  • Calmante de quemaduras solares: por los mismos motivos que es cicatrizante y antiinflamatoria, la caléndula ayuda a calmar las quemaduras del sol y a reducir la rojez.

Beneficios de la caléndula en bebés

La piel de los bebés es especialmente sensible y delicada, porque hasta los 3 años no está completamente desarrollada ni es totalmente funcional: mientras que la piel debe ejercer de barrera protectora a factores nocivos como los agentes patógenos o la radiación del sol, la de los recién nacidos durante mucho tiempo es fina y permeable. La caléndula ayuda a regenerar su piel y a reforzar sus defensas naturales, dándole estructura y elasticidad, reduciendo la inflamación y protegiéndola de bacterias y hongos.

Por este motivo todos los productos de Famiskin para bebés están formulados con aceite o extracto de caléndula, como la pasta al agua para el cambio de pañal, el aceite corporal para masajes y el gel-champú de ducha.

Imagen de Dirk Vanderperk en Pixabay

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